martes, 24 de mayo de 2011

fue

éramos cuatro, tres con cámara. era en el pueblo más tranquilo en muchos kilómetros, exceso de tranquilidad, donde todos “hola, ¿qué tal?, “hasta mañana, que duerman bien”. no trabas en los autos, no llaves en las puertas. al tercer día éramos tres, dos con cámara. “¿cómo pudo ser, si acá no pasa nunca?”. fue.
días después en la ciudad en la que sí trabas en los autos, sí llaves en las puertas. éramos cuatro, una con cámara. la mía. la que pronto –parece- partirá.