jueves, 24 de abril de 2008

el comentarista

tarde de sábado, sábado de laburo, laburo tranquilo ese día, día en que de repente desembuchó: "me voy a buscar agua para el mate, paso por el baño, después vengo, mando ese mail y termino lo que estaba haciendo". ante la mirada extrañada de sus compañeros, reflexionó: "demasiados detalles, ¿no? ¿vieron que está el tipo comentarista, que te relata todo lo que hizo, hace y va a hacer con muchos detalles, que generalmente no te interesan? recién me sentí así". lo pensamos un poco, él se fue hacer todo lo que nos había contado, y nosotros seguimos con lo nuestro. al rato, poco rato, llegó un compañero, se sentó en la computadora que estaba al lado mío y me dijo paso por paso todo lo que tenía que hacer en ese momento y en unos momentos más. poco tiempo tardó en aparecer el primer ejemplo de "el comentarista".

3 comentarios:

malena dijo...

Uff, ejemplos abundan. Yo mismo muchas veces me siento así y es horrible. ¿Por qué tendremos esa necesidad de relatar? ¿Estará relacionado con eso de que uno no existe si no hay otros ojos en los que verse reflejado?

Estrella dijo...

ja! Como si pensaran en voz alta, mañana, tarde y noche. Prefiero eso y no los relatos eternos de un tema que nos interesa poco y nada.
Saludos, violeta!

violeta dijo...

debe venir por ahí, eso del ser con-otro, no? puede ser, me dejó pensando, le ha encontrado una fundamentación filosófica (?) al sr. comentarista, malena!

estre, coincido con eso, por lo menos si no es interesante es variadito y cortito y al pie.